Hoy ya ha llegado el día de nuestra Graduación. Armado se alegría y valor he desenredado el nudo de mi estómago al ver a mis peques vestidos con el uniforme planchadito y repeinados hasta el infinito. En este esperado día les he puesto a mis niños y niñas la banda y les he entregado su orla. El color pistacho les sienta muy bien y todo ha salido mejor de lo que esperaba. Las palabras de mi compañera Patri (que ha llorado como una niña, todo hay que decirlo) nos han emocionado a todos. Unas palabras especiales para un día especial y para unos niños especiales. Gracias a todos los que habéis hecho posible que este sueño se cumpla y, aunque con tristeza, se de buena tinta que estos pequeñajos por fuera y gigantes por dentro llegarán muy lejos
PINCHAD EN EL DIBUJO
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