Esta mañana he aparecido en clase con una bolsa llena de verduras. La primera respuesta de los niñ@s a la propuesta de probarlas ha sido "a mi eso no me gusta maestro", pero, después de charlar larga y detenidamente con ellos de que antes de decidir si nos gusta o no teníamos que probar, nos hemos puesto manos a la obra para hacer esta atractiva actividad. Lo primero hemos definido qué verduras estaban en la mesa, qué propiedades nos aportan y de qué manera las comemos habitualmente en casa. Después las hemos tocado, olido y por supuesto probado. En una tabla hemos apuntado, una por una, las características más visibles de cada verdura: su color, su forma, su textura, su dureza, de donde provienen,.... También vimos que algunas de ellas había que pelarlas antes de consumir y otras no hacía falta y....después de todo esto las cortamos en trocitos y ¡¡las probamos!!. La verdad que ha sido todo un éxito. Algunos estaban reticentes a la hora de cogerlas siquiera pero todos las han cogido, las han olido y por lo menos las han chupado que algo es algo. Algunos han descubierto que había verduras que sí les gustaban , mientras había otras que no era de su gusto. Anécdotas muchas, desde David que dijo cuando olió el pimiento : "maestro esto huele a arroz", hasta el guiño de muchos al probar la cebolla y decir que estaba picante. Todo un reto conseguido para hacer de mis pequeños unos auténticos comensales.
Os dejo algunas fotografías de la actividad para que veáis la experiencia.
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